Cuantas noches han pasado
desde que los lunares eran los puntos de la perfección.
No huelo el mar,
no siento la brisa
ni escucho a Jim de fondo.
Sí, alfin entiendo el cambio,
los planes son absurdos
las notas son inútiles y los recuerdos golpean.
Estoy caminando en la duda, lejos de todos, caminando para encontrarme y quizas esperando que el sol salga por el oeste y se ponga por el este.
Lluna.
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